miércoles, 2 de diciembre de 2015

Un episodio en la vida de Miles Davis

El escritor Geoff Dyer, comentaba hace poco en una entrevista, que los grandes del Jazz tenían una triple condición: "por un lado, eran negros" comentaba, "eran considerados en los años 20 y 30 (y desafortunadamente hasta los 60) como ciudadanos de segunda categoría. Por otro, eran considerados casi dioses por gran parte de los seguidores del Jazz, a lo que se añadía que no eran estrellas a la manera de Mick Jagger"
Esto nos lleva a pensar que la situación social y económica pocas veces deja libre a algún individuo que no esté inmiscuido en el ámbito político. En aquella época, los artistas de renombre, sufrían las mismas penurias que cualquier persona de su misma condición racial.
Frank Tirro, en su magnífica Historia del Jazz moderno, relata un suceso en la vida de Miles Davis que merece ser difundido:
< De forma literal, Miles Davis se acercó al Black Power a fuerza de puñetazos. El 26 de Agosto de de 1959, tras una actuación en el Birdland neoyorquino emitida en directo por la emisora La Voz de América, Miles salió del club para acompañar a coger un taxi a una mujer blanca atractiva. Justo cuándo ésta se marchó, un policía de raza blanca se acercó al trompetista y le ordenó que circulara. Davis señaló la marquesina del club y respondió: "Trabajo aquí, ese es mi nombre, Miles Davis". El policía le contestó: "No me importa dónde trabajes, lárgate de aquí o te detengo ahora mismo". Tras la repentina aparición de otro policía, también blanco, Miles se encontró aporreado, esposado y arrastrado al hospital y a la comisaría del distrito 54, donde fue denunciado por agresión, lesiones y resistencia al arresto. Como resultado, al trompetista le fue retirada su licencia oficial como artista de cabaret, lo que le supuso no poder trabajar en Nueva York durante una temporada. El incidente convirtió a Davis en un hombre cínico y amargado, aunque por lo menos no le sumergió en un prejuicio racial. Lo sucedido tuvo reflejo en su actitud, en su vestimenta, en su apariencia, y en su música, y pareció estimular su interés por todo lo que se acercara a lo africano.

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